Semillas de Calabaza

Nutrientes: Las semillas de calabaza son una excelente fuente de nutrientes, incluyendo proteínas, grasas saludables (principalmente ácidos grasos insaturados), fibra dietética, vitaminas (especialmente vitamina E, vitamina K y algunas del complejo B como la tiamina, riboflavina, niacina y ácido fólico) y minerales (como magnesio, hierro, zinc y manganeso).

Ácidos grasos insaturados: Contienen principalmente ácidos grasos insaturados, como el ácido oleico y el ácido linoleico, que son beneficiosos para la salud cardiovascular.

Zinc: Son una buena fuente de zinc, un mineral importante para la salud inmunológica, la cicatrización de heridas y la salud reproductiva.

Antioxidantes: Las semillas de calabaza contienen antioxidantes como la vitamina E y varios compuestos fenólicos, que ayudan a combatir el estrés oxidativo en el cuerpo y proteger contra enfermedades crónicas

Beneficios para la salud de las semillas de calabaza:

Salud cardiovascular: Los ácidos grasos insaturados y los antioxidantes presentes en las semillas de calabaza pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al mejorar los niveles de colesterol y proteger contra el daño oxidativo en las arterias.

Salud de la próstata: Se ha sugerido que el consumo regular de semillas de calabaza puede ser beneficioso para la salud de la próstata debido a su contenido de zinc y fitoesteroles.

Salud de la vejiga: Algunos estudios han demostrado que el aceite de semilla de calabaza puede ayudar a mejorar los síntomas de la vejiga hiperactiva y la micción frecuente en hombres y mujeres.

Salud del sistema inmunológico: El zinc presente en las semillas de calabaza es importante para la función adecuada del sistema inmunológico, ayudando a combatir infecciones y enfermedades.

Salud ósea: El magnesio, el manganeso y el zinc presentes en las semillas de calabaza son importantes para la salud ósea y muscular.

Consumo recomendado:

Las semillas de calabaza son una adición nutritiva a la dieta y se pueden consumir de varias formas, como crudas, tostadas, trituradas o como ingrediente en recetas. No hay una cantidad específica recomendada, pero se sugiere consumirlas con moderación debido a su alto contenido calórico. Una porción típica sería alrededor de 1 a 2 cucharadas al día (aproximadamente 15-30 gramos), lo que proporciona una buena cantidad de nutrientes sin excederse en calorías. Como siempre, es importante tener en cuenta las alergias alimentarias y consultar con un profesional de la salud si tienes alguna preocupación específica antes de incluirlas en tu dieta regular.